En una entrevista íntima recientemente publicada en YouTube por ADN Cuba, Larisa, una aclamada actriz cubana con más de 30 años de carrera en el mundo de la actuación, compartió detalles sobre su nueva vida en Estados Unidos y su nueva profesión como agente de bienes raíces.

Larisa, quien decidió cambiar de rumbo profesional después de emigrar a Estados Unidos, describió cómo ha sido su experiencia adaptándose a un país donde, aunque menos reconocida que en Cuba, encontró en el mercado inmobiliario una vía para seguir relacionándose con las personas y sentirse activa. “El ser humano se adapta”, expresó, recordando con nostalgia los años en los que era una figura prominente en la televisión y el teatro cubanos.

En su nuevo rol como «realtor», Larisa explicó que su tarea consiste en ayudar a las personas a encontrar propiedades según su presupuesto y preferencias. Esta labor la ha mantenido en constante comunicación con la gente, algo que valora profundamente y que, de alguna manera, compensa el vacío dejado por los escenarios.

La actriz también se sinceró sobre cómo su experiencia interpretativa le ha servido en su nuevo oficio, sobre todo al momento de conectar con clientes y entender sus necesidades. «Cuando estás representando a una persona para comprar o para vender su propiedad… a lo mejor la persona es media tímida, entonces tú, con tus recursos [de actriz], tienes que ayudarlo», comentó Larisa.

La conversación también abordó su vida personal en Estados Unidos. Larisa, quien reside en un lugar tranquilo y cercano a la playa, destacó lo mucho que valora la cercanía con su hija y nietos. En una nota más ligera, compartió anécdotas sobre sus nietos trillizos y cómo su hogar se convierte en un torbellino de actividad cuando los pequeños la visitan.

Aunque Larisa ha encontrado un nuevo propósito en el mundo inmobiliario y disfruta de su vida actual, no oculta la melancolía que siente por su carrera actoral: “extraño todo, absolutamente todo” de la actuación, confesó.

La entrevista ha resonado con muchos, mostrando la capacidad de resiliencia y adaptación de aquellos que, por diversas circunstancias, han tenido que reinventarse en tierras extranjeras.