Edith Margarita Massola Mederos, popularmente conocida como Edith Massola, celebra su 56º aniversario en el corazón de Centro Habana, el rincón que la vio florecer como una de las luminarias del arte cubano.

A la temprana edad de catorce años, un 7 de septiembre de 1981, la danza se convirtió en su primer lenguaje artístico. Pero fue su interpretación como Olga en “Una novia para David” la que dejó huella en el cine cubano, abriendo la puerta a una carrera deslumbrante.

Diversidad en Escena: Del Teatro a la Pantalla

Edith Massola no es sólo una actriz, es un camaleón. Su habilidad para adaptarse a múltiples roles le ha dado prestigio tanto en cine, con actuaciones en filmes como «Nada» y «El cuerno de la abundancia», como en la televisión, donde frases como «Dime algo, Fernández» de la telenovela «El año que viene» la hicieron inolvidable. En las artes escénicas, destaca con actuaciones en piezas teatrales como “Las viejas putas”, dejando en claro que su talento no conoce fronteras.

El Alma de “23 y M”

1998 marcó un giro en su carrera. Tras la salida de Carlos Otero, Edith tomó el mando del programa televisivo “23 y M”, no sólo como presentadora, sino también como directora. Bajo su guía, el programa ha sido un escaparate del arte cubano por más de veinte años, y su emblemático “¿Dónde si no?” se ha convertido en el lema del show.

Galardones y Aplausos

La dedicación de Massola no ha pasado desapercibida. En 2018, la gala de los Premios Lucas en La Habana la honró con un reconocimiento especial por su aporte a la cultura cubana con “23 y M”. Además, el Premio Pantalla Chica del ICRT ha aplaudido su multifacética contribución al mundo artístico.

Mujer, Madre y Mito

A pesar de su frenética agenda, nunca ha dejado de ser madre. Crió a Natalia y Paula Massola, ambas siguiendo sus pasos en el arte, mostrando que la dedicación puede ser tanto profesional como personal.

Un Legado Sin Fin

Massola no es simplemente una artista; es un símbolo de la cultura cubana. Continúa siendo una fuente de inspiración, no sólo por su presencia en pantalla, sino también por formar a la siguiente generación de talentos.

En esencia, Edith Massola no es sólo una figura del entretenimiento: es una leyenda viva del arte cubano, una influencia que seguirá resonando en el corazón de Cuba por generaciones.