La comunidad de Bayamo, Granma, está de luto. La trágica pérdida de Oslandy Rivero Enamorado, un médico de tan solo 30 años, ha dejado un vacío irremplazable. Él se encontraba entre los dos fallecidos en un lamentable vuelco de un camión en la vía Bayamo-Manzanillo el pasado lunes, donde además 23 personas resultaron heridas.

Mientras el sol comenzaba a iluminar el día, la tragedia oscureció los corazones de muchos. Las redes sociales se han inundado de tributos y recuerdos dedicados a Oslandy, destacando no solo su compromiso profesional sino también su calidez humana.

Carlos Fabián Ortiz Aguilera, primo de Oslandy, compartió un emotivo mensaje: “El dolor nos embarga. Deseo que encuentres paz allí donde estés. Nos haces mucha falta. Soñé con mostrarte mi nuevo coche y darte ese abrazo que siempre postergábamos… Siempre supe cuánto te apreciaba y te recordaré como ese hermano que nunca tuve, como el alma noble que eras. No importa la distancia, algún día nos volveremos a encontrar y reiremos juntos”.

Sus colegas de la Facultad de Ciencias Médicas Celia Sánchez Manduley también compartieron sentimientos de tristeza y cariño. Manolito, de la Brigada 3 de Medicina, rememoró: “Siempre serás un recuerdo imborrable en nosotros”. A través de mensajes, muchos resaltaron el cariño que sentían por Oslandy, a quien cariñosamente apodaban «Landy».

El Dr. Daniel Niquero lamentó: “Hoy se nos ha ido un ser radiante, de esas personas que, una vez que entran en tu vida, nunca salen de ella”. Vero, con el corazón roto, dijo: “Tu sonrisa y bondad permanecerán eternamente en mi memoria”. La Dr. Yill añadió: “Siempre te recordaremos, Landy, por ser el ser excepcional que fuiste”.

Las innumerables muestras de afecto en las redes sociales son un testimonio del impacto y amor que Oslandy dejó en su paso por la vida. Graduado con honores en Medicina y felizmente casado, su legado continúa vivo en el recuerdo de aquellos que tuvieron el privilegio de conocerle.

La despedida a un ser querido nunca es fácil, y menos aún cuando es inesperada. Pero es en estos momentos cuando, como sociedad, nos unimos y nos apoyamos mutuamente para superar juntos el dolor.