De Cocinero a Celebridad: La trayectoria de 

Conocido por su papel de “Mayito” en “Día y Noche”, Ernesto Tapia celebra su natalicio cada 5 de septiembre. Su rostro se convirtió en un emblema de la televisión cubana desde finales de los 90 hasta principios del nuevo milenio. Sin embargo, ¿cómo pasó de ser un entusiasta de los fogones a un ícono del espectáculo? El giro artístico en su vida tuvo un origen inesperado: una alternativa al Servicio Militar. Aunque inicialmente su pasión por la gastronomía le llevó a un restaurante, fue la convocatoria al servicio militar lo que le motivó a postularse al prestigioso Instituto Superior de Arte, donde fue admitido.

Del Aula al Plató Cinematográfico

Un giro del destino lo introdujo al cine. Durante el rodaje de “Papeles secundarios”, con Orlando Rojas al mando, un infortunio dejó fuera al actor principal, Jorge Luis Álvarez. Fue Álvarez quien sugirió a Tapia, un conocido del Instituto, como su reemplazo. Esta oportunidad no solo le lanzó al estrellato, sino que le valió el galardón Coral al Mejor Actor en el XI Festival de Cine de La Habana.

Una Carrera Brillante y Diversa

Tras su impactante debut en “Papeles secundarios”, las puertas del cine se abrieron para Tapia. Su habilidad actoral quedó plasmada en cintas como “Sueño tropical” de Miguel Torres, “Adorables Mentiras” de Gerardo Chijona, y “Operación Fangio” de Alberto Lecchi. Pero su talento no se quedó en la pantalla grande. El teatro cubano también fue testigo de su maestría, sobre todo en producciones del grupo Buendía bajo la batuta de Flora Lauten.

Renovación y Reinvención de Tapia

En la década del 2000, Tapia decidió explorar horizontes internacionales. Después de una temporada en Colombia, y un paso por México, encontró su nuevo hogar en Estados Unidos. Allí, pese a los desafíos de adaptación y la competitividad de la industria, mantuvo encendida su llama artística en televisión y teatro. Además, evidenciando su versatilidad, fundó y dirige con éxito una empresa de servicios de limpieza.

Recientemente, en un artículo de Cubanet, la audiencia compartió vivencias y elogios sobre el actor. Desde anécdotas cotidianas como las visitas de Tapia a tiendas locales, hasta la reverencia por sus interpretaciones en series y películas. Muchos recuerdan su carisma, su profesionalismo y el legado que ha dejado en cada uno de sus roles.

En Conclusión

Ernesto Tapia, el entrañable “Mayito”, es la prueba de cómo el azar y la destreza pueden fusionarse y dar vida a una carrera artística excepcional. Desde sus humildes inicios entre ollas y sartenes, hasta las ovaciones en salas de cine y teatros, ha dejado un legado indeleble. Aunque sus apariciones son ahora más esporádicas, su historia es testimonio de que siempre es posible reinventarse.