Camagüey, una de las ciudades más emblemáticas de Cuba, alberga en sus entrañas historias de perseverancia, amor y devoción. Y dentro de esas historias, resalta la de Vidalina Matamoros Reyes, una mujer que ha vivido más de un siglo y cuya vida es un reflejo de la resistencia y amor cubano.

Una vida que trasciende el tiempo

Nacida en 1913, Vidalina vio la luz en tiempos de la República Neocolonial, siendo testigo de los altibajos del capitalismo en Cuba. Su vida es un libro abierto que habla de esfuerzos, desafíos, pero sobre todo, de determinación.

Con cariño, muchos la llaman «Pura». Una mujer que, a pesar de las adversidades, siempre llevó consigo una actitud positiva y perseverante.

Entre recetas y travesuras

A pesar de su avanzada edad, Vidalina no ha perdido su chispa. Cocinar y lavar son dos de sus pasiones, y su cara pícara refleja esas ocasiones en las que convence a sus cuidadores para hacer alguna travesura. Es una mujer llena de energía, una energía que, como muchos dicen, «contagia y estremece».

Una fuente de inspiración para todos

Para los que la conocen, Vidalina es más que una abuela carismática; es un símbolo de inspiración. La historia de Vidalina es un testimonio viviente de lo que significa vivir con propósito. Con 110 años, esta admirable cubana nos enseña que la edad es solo un número. La verdadera esencia de la vida radica en cómo la vivimos, en los momentos compartidos, y en cómo el amor siempre encuentra la manera de imponerse. Vidalina es un recordatorio de que, con determinación y esfuerzo, la existencia puede ser plena y significativa. Una historia que, sin duda, continuará inspirando a generaciones en Camagüey y más allá.